¡Qué elegante se ve señorita!
Elegante cuando niega su verdadero lugar.
Elegante cuando usa plumas y encaje negro.
Elegante cuando canta a la luz de su sombra
en un cabaret para hombre borrachos
que buscan elegancia en algunas señoritas desnudas
que mueven su cuerpo al azar.
Elegante eres, señorita, cuando te sueltas el cabello en la cama
cuando te sientes una perra, radiante y segura,
¿elegante es usted, cuando es usted misma?
Créame que la entiendo,
entiendo lo que es estar en un lugar
y no sentirse parte de él,
mirar imbéciles bailando con sus copas
de champán y sus vestidos caros;
pero no querer estar en ese mundo.
He dicho alguna vez
que te parecias a aquella mujer,
no por tu elegancia sumisa,
sino por tu cabello atado,
tu timidez, tu flacura e incluso tu hermosura,
me parecias hermosa, hasta que creíste que lo eras,
ese día que no pudiste ver mis buenas intenciones,
porque sólo me prejuzgas,
ese día, dejé de verte hermosa.
Jamás había visto tu elegancia,
No creo que seas de esas mujerzuelas,
pero sí creo que deseas serlo.
Deseas que te maltraten en la cama,
deseas gritar y ser impune,
deseas lo salvaje y el placer en las heridas,
eso es lo triste,
que detrás de toda tu figura,
tú quieres ser eso,
y no lo sos porque venis con esa estructura:
"está mal"
decís que no a lo que no experimentaste,
a lo que ni siquiera sabes si existe,
decís que no deseándolo profundamente,
decís que no ¿Con qué explicación?
decis que no porque sos esclava,
porque ni siquiera puedes sentir ese "no",
simplemente te reprimes
te guardas.
Pero créeme que renunciar a ser una perra
no es tarea fácil.
Créeme que no es para cualquiera,
créeme que si por un instante te sentirías mujer,
ese sentimiendo, sería eterno.
Pero tú, elegante, fina, femenina, hermosa,
tú.
¿Crees que alguna vez te sentiste mujer?
No.
Y ¿Sabes por qué?
porque crees que sentirse mujer,
se trata de ser una perra,
pero créeme que renunciar a eso,
renuciar por algo...
Eso es ser mujer.
Elegante cuando niega su verdadero lugar.
Elegante cuando usa plumas y encaje negro.
Elegante cuando canta a la luz de su sombra
en un cabaret para hombre borrachos
que buscan elegancia en algunas señoritas desnudas
que mueven su cuerpo al azar.
Elegante eres, señorita, cuando te sueltas el cabello en la cama
cuando te sientes una perra, radiante y segura,
¿elegante es usted, cuando es usted misma?
Créame que la entiendo,
entiendo lo que es estar en un lugar
y no sentirse parte de él,
mirar imbéciles bailando con sus copas
de champán y sus vestidos caros;
pero no querer estar en ese mundo.
He dicho alguna vez
que te parecias a aquella mujer,
no por tu elegancia sumisa,
sino por tu cabello atado,
tu timidez, tu flacura e incluso tu hermosura,
me parecias hermosa, hasta que creíste que lo eras,
ese día que no pudiste ver mis buenas intenciones,
porque sólo me prejuzgas,
ese día, dejé de verte hermosa.
Jamás había visto tu elegancia,
No creo que seas de esas mujerzuelas,
pero sí creo que deseas serlo.
Deseas que te maltraten en la cama,
deseas gritar y ser impune,
deseas lo salvaje y el placer en las heridas,
eso es lo triste,
que detrás de toda tu figura,
tú quieres ser eso,
y no lo sos porque venis con esa estructura:
"está mal"
decís que no a lo que no experimentaste,
a lo que ni siquiera sabes si existe,
decís que no deseándolo profundamente,
decís que no ¿Con qué explicación?
decis que no porque sos esclava,
porque ni siquiera puedes sentir ese "no",
simplemente te reprimes
te guardas.
Pero créeme que renunciar a ser una perra
no es tarea fácil.
Créeme que no es para cualquiera,
créeme que si por un instante te sentirías mujer,
ese sentimiendo, sería eterno.
Pero tú, elegante, fina, femenina, hermosa,
tú.
¿Crees que alguna vez te sentiste mujer?
No.
Y ¿Sabes por qué?
porque crees que sentirse mujer,
se trata de ser una perra,
pero créeme que renunciar a eso,
renuciar por algo...
Eso es ser mujer.
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