Comida devorada

Número de almas que pasan.




viernes, 5 de agosto de 2011

Hallazgo.

Cuatro años atrás... Bajo el efecto de drogas blandas y algunas duras.

Señores, el sol realiza una seducción magnética, no me gusta pensarlo ni saber que lo hace, pero es así, aunque sumergida esté en esa mentira lo sé, lo veo, lo toco, lo palpo. Me interesa entender el mareo, la angustia, la sed, tal vez el hambre, la destrucción, lo blanco, el pegamento, los médicos y el cartón. Porque las guitarras siguen sonando y aquí queda plasmado.
Este sonido naranja retumba en mi cerebro.
Las lechuzas están.
Y las murmuraciones me acompañan.
Otra vez me quieren ahorcar, ¿Qué voy a hacer?
¿Qué puedo hacer?
Me gustaría que sea como quiero pero, ¿Qué puedo hacer?
Que sea como tenga que ser.
Y para todo se necesita tiempo y tiempo y perseverar, y aunque soy buena en eso, es incómodo.
Pararme frente a esto....... No es incómodo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Quien asume verdaderamente las consecuencias de la tormenta.
Qué lástima que no puedan captar la magia de lo que intentas transmitir,
pero, tranquilo, sabemos que es así.
La rutina gris donde la gente no se mira ni se siente
está más presente que nunca.
Solamente quiero que entiendas que
no tenes que tocarme,
y eso sí que no tiene nada que ver con debilidad.
Es que de tanto debatir sobre el amor
perdí el ritmo y entré en error,
es una línea muy fina,
como si fuese cocaína,
ella quiere comenzar a gobernar
es soberbia e irrealidad,
recuerdos, violencia y cosas que algún día sanaré.
Es que vi tus ojos y viste los míos.
Bastó.
No hace falta contar nuestras verdades, porque la verdad es una sola.

jueves, 7 de julio de 2011

Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio quise quemarla de prisa jugando con fuego y me abracé defendiendo mi propio criterio, porque vivir era más que unas reglas en juego!

lunes, 20 de junio de 2011

Analiza-me

Cortando luces y reflejos de manantiales
en la acera mojada de cerveza caliente y lluvia matinal
allí estabas,
esquivando las piedras que se desbordan por las vías en otoño
y recordando días como estos
donde me despierto a mitad de la noche a escribir algo que jamás leerás.
Mirar al cielo me mareó un poco, debo admitir,
pero no importa,
es una costumbre negar este sonido.

Escribir el cielo esquivando manantiales de lluvia en otoño
cortando luces y reflejos al escribir,
donde me despierto a mitad de la cerveza caliente y me mareo un poco
para negar la costumbre de los días como estos.
A mitad de la noche leerás este sonido
que es desbordar recordando,
pero no importa, debo admitir y volver a la acera matinal mojada,
porque esquivando las piedras jamás estabas allí

Allí estabas, en la acera de piedra,
esquivando las vías que jamás leerás.
Admitir que debo negar los manantiales,
jamás me mareó, son luces y reflejos de la mitad de la noche
donde al escribir algo, me despierto a mirar el cielo un poco
recordando que días como estos se desborda una costumbre:
Cerveza caliente y matinal cortando con este sonido,
no importa la lluvia de otoño...

martes, 14 de junio de 2011

lunes, 13 de junio de 2011

Una foto de los bordes de tu conciencia,
todavía no pude aprender a decir que no,
intento comenzar sin tener tiempo para hacerlo,
no es hora de empezar, no supe aprovechar el momento,
hoy por hoy, así, mareada, con esta sensación de no ser,
me vuelco completamente en lo que no sé,
total, el espacio está por definirse.
Tal vez algún día me cure y vaya a visitarte,
por ahora prefiero soñarte,
aunque siga preciéndome una acción tan pero tan estúpida
desaparezco en la idea de renunciar a ello,
sin embargo, de a ratos me olvido,
me retuerzo en la realidad cuando parece bonito tu aroma,
mientras tanto, no sé ni qué decir,
solamente recito versos en este invierno
que se torna cada vez más frío y áspero.
No sé si esto tiene una conclusión,
no me niego a encontrarte,
sé que las cosas no serán nunca tal como quiero que sean,
pero cuando no lo son, ahí es cuando todo parece vivir.
todos los dolores vuelven a caer,
te extraño, no soy tan madura como para no hacerlo.

domingo, 22 de mayo de 2011

Decimos hola como decimos adiós.
La gravedad que nos persigue se introduce en nuestro viaje, ahora, de manera más sensata.
Tus mirada es la de un pasajero extraviado en el espacio, que reduce las fórmulas artísticas a una mística e implacable poesía. Parecen ser las consecuencias de los corazones que se pasean por el sol, esos que saben que la distancia no existe y que justamente en esa inexistencia radica su divinidad.
Las noches para mí eran mágicas y fueron también tormentosas.
La admiración y sus consecuencias vuelven.
A veces parece que sé asumir que no puedo evitar tu soledad.