28 (La belleza)

Sólo cuando mis ojos reflejan los Tuyos comulgo con todo mi ser.


Mejor no recordemos las rimas que sonaban en ese auto,
sabemos que hay quién tiene el timón y lo sabe manejar.

Vemos el rojo de nuestras acciones
mientras tomamos mate por las tardes.

Hace tiempo que la hoguera también es para nosotros,
piensan algunos,
a mi no me vale pensar.


Las letras de la infancia
preparan comida casera,
memorias de otro yo,
y lo conocido que desconocemos.


Creo que ya estan un poco grandes
para un discurso invernal.


Buscando originalidad sólo consiguen arrogancia,
no hay nada nuevo bajo el sol,
sólo que algunos se acostumbran
a ir siempre hasta el fondo.



Ya sé que pasaron algunos años,
pero tú sigues ahí,
pisando las mismas flores que decidiste enterrar,
y con ellas, a tí.