Comida devorada

Número de almas que pasan.




martes, 24 de agosto de 2010

Interruptor

Motivos pequeños y sin clacificación.
Ojalá pudiese darme cuenta algún día de qué es lo que escribo.
Nos preguntábamos si los ángeles en febrero se dan cuenta de quiénes son.
Reincorporamos a nuestra creatividad, auténticamente, la salida de emergencias que ayer tanto ruido hizo en nuestros corazones, el escape, la vía de salida, todo se conjugaba para poder interrumpir el deseo vano y enigmático de la soledad. En su momento sí que nos sirvió, nos enviamos compañía uno con otro, pudimos sernos juntos y encontrrnos comenzar y recomenzar acompañados, y por más que la puerta haya estado cerrada de los dos lados, rayitos de luz la penetraban, míos y tuyos, nuestros al fin.
Pero hoy es otro tiempo, algunos le llaman desierto. Jamás eh experimentado tal felicidad, por eso la desesperación está totalmente ausente.
Habíamos dicho, el amor es amor y el Amor es amor.
¿Qué tal un café? El café no se invita, con el café se espera.
Todo está como parece que está. No sé cómo parece pero está tranquilo.
Y de la unión esponsorial no hablo. Hoy.
Nace y muere otro mundo, se compone otro, se derrumba otro.
Huelo, huelo, huelo.
Enmancipemos los dolores, la esclavitud. Vayamos de caza en casa.

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