Cruje nuestra intención, arde en llamas la necesidad de volver a las raíces de lo simple, a dejar de mirar con envidia las letras y meterse en su mundo con un interrogante preciso para cada situación, saber que decir silencio es Nombrarte, sabiendo que mi voz respira para tí, que cada letra es para tí y que te ofrezco todos los signos de admiración que sean posibles, y los de interrogación también, porque es mi alma la que pregunta.
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