Nadie se compadecerá de mí, lloraré entre la hierva sin que nadie lo note y buscaré mi hogar tan lejano, tan fugaz.
Estaba ahí, tan herido, tan seco, llorando entre la hierva de noche, miraba panorámicamente a todos los animales que se le acercaban a ayudarlo, pero él, se fue sólo hacia el vacío, no quiso que nadie lo acompañase, que nadie lo abrigase por el feroz clima que había, juro que nos acercamos, juro que intentamos ayudarlo, pero se negó, se negó a dejarse ayudar.
Pronto mi cabeza se congelará, hace unos minutos podía pensar aunque sin entender como puede ser que esta gente que se acerca para verme no quiera ayudarme ¿Acaso no tienen corazón? ¿Acaso no saben lo que es ayudar? ¿Qué les pasa? ¿No se dan cuenta que los necesito? Estoy desnudo, con todos los animales a mi alrededor que pronto me comerán toda la carne. Les pido que se vayan, si no hicieron nada no lo harán ahora, no se compadecerán de este pobre ser humano que toda su vida pasó sufriendo.
Le juro que derramaba nostalgia, no sé quién era ese hombre, tampoco sé que hacía ahí desnudo, seguramente era un indio de alguna tribu o algo por el estilo. Sus huesos estaban perfumados de odio, de rencor. No imagino un segundo su vida, no quiero imaginarla y poco a poco se me borra su imagen, quiero que salga de mi cabeza, estoy cansado de recordarlo. Estaba en posición fetal, no había protección suficiente para que cambie de postura, no tenía futuro, era claro que quería permanecer en su tierra, no podíamos despojarlo de ella, sería vil, sería terrible para él.
Sabía que ellos con sus camperas caras y sus guantes gruesos seguirían riéndose de mi aspecto hasta verme morir, antes me gustaría por lo menos recordar cómo llegué aquí, si toda mi vida fui una persona exitosa, de buen apellido, reconocida por todos, jamás llevé una vida magnífica, siempre tuve muchos problemas de autoestima y conflictos con mis padres, pero creo que no me merezco estar pasando esto, mi corazón se debilita y hoy las personas que me servían están riéndose de mí, esto es absurdo, personas como yo no viven estas cosas. Aquí termina todo.
¿Y qué íbamos a hacer? Murió, tenía que morir señor juez, era su destino ¿No?
¿No podían haberlo evitado entonces?
No señor, él estaba ahí para morir, no cabe duda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario