Comida devorada

Número de almas que pasan.




miércoles, 4 de mayo de 2011

Me capturan los documentos implícitos de tu memoria,
seducir mis gritos ya sobrepasa toda lógica,
mi lenguaje gestual lo dice todo,
y allí es cuando el deseo traspasa las paredes,
saltan hacia el mar en constante frecuencia
se encuentran y se saludan como delfines amigables,
cantan al compás de las olas y lo que los acontecimientos externos susciten,
experimentan el volver a las cálidas aguas de donde salimos.
Si explicar este amor fuese tarea fácil
no habría intervención femenina ni masculina en este viaje,
porque por divina voluntad,
se ha elegido que un Elegido sea elegido para elegir a los demás elegidos.
Y todo lo que esa acción contiene
paraliza la utilidad de las "verdades".
Todavía una vocación infantil alimenta el misterio y la preparación,
me pregunto qué querrás de mí,
y desciendo en la actitud de buscarlo constantemente
porque la timidez del futuro me tiene sin cuidado;
ahora, el recorrido y los tiempos establecidos y no establecidos
me invitan a confundir mi razón para vivir más pleno el amor.


















Y que me tome tu mirada
que me aniquile las ganas de no despertarme,
que avance en mí como carro nuevo,
que se prendan las luces de mi habitación,
que mi actitud sea fiel,
que tu sufrimiento sea mi sufrimiento,
que pueda aprender de tu fortaleza,
que pueda aprehender.
Y que las sensaciones de mi pecho se revolucionen
y me pierda en tu mirada
como una niña en la inmensidad del mar...














Ven,
vista previa a lo que sigue de mis días.

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